CAP. 1 /
Ella está harta de los malos polvos. En realidad está harta de tener invariables polvos con variedad de hombres que por casualidad conoce en la fétida ciudad turística donde vive.
Está harta de sufrir rotura de condones, resacas, falta de dinero y que todo todo todo lo que emprende, salga mal, o lo peor, tener jugando a la ronda en su cabeza un montón de proyectos geniales que en el fondo ella sabe que nunca llevará a cabo. Y lo peor…que su madre que vive en una ciudad vecina, también lo sepa y se lo restriegue en la cara o por teléfono cada vez que puede.
Está desempleada hace par meses y su ritmo de vida además de la falta de dinero la están acabando.
Son las primeras horas del primer día de noviembre. Está desnuda y boca arriba sobre su cama doble cubierta con sabanas floreadas,de algodón. Tiene el rostro maquillado de tigresa, era halloween y ahora está borracha, muy borracha y ha fumado algo de hierba; por la ventana abierta de la habitación entran ráfagas de brisa que refrescan un poco el ambiente viciado.
El mundo traquea, todo en su vida traquea, ella traquea, su cama traquea y un tipo del que no recuerda muy bien el rostro salta ahora desnudo sobre ella penetrándola con su verguita. Salta sobre ella tan ordinariamente que da la impresión de que el pobre intenta abrir las puertas de un reino dándole golpes con un listón.
…… Frunce el entrecejo algo preocupada de que el condón, termine enredado dentro de su vagina. Trata de moverse buscando mejor postura, pero el chico sobre ella no da tregua, Àngela Se harta de mirar (en el frenético sube y baja de su visión) el cielo raso de la habitación mal pintado de blanco, entonces pronto todo se hace tedioso
Stop... Lárgate
Le dice al tipo, empujándolo un poco lejos de ella.
Sí…. cariño….sí….
Susurra el tipo entre gemidos, arremetiendo con más fuerza contra su pelvis. Ella salta ahora como un pescado enredado en una red y el tipo cae a un lado de la cama. Por la ventana vemos el cielo de un azul grisáceo que nos anuncia el próximo amanecer. Se sienta en el borde de la cama , recoge la panty de encima de una almohada y se la va colocando enérgicamente mientras despectiva acribilla:
Qué… no entendiste? Stop and get out of here! No me gustas! Follas como si yo fuera un balón que quieres aplastar y además no siento un culo. Lárgate! O te lo digo en Ingles?
Excusa ma no entiendo espaniolo. Responde el tipo con rostro perplejo. Su verguita sigue erecta sobre un par de tristes y derrotados huevos.
Mandinga sea la gata, solo toma tus cositas y sal de aquí cariño, anda…
Dice Ángela con todo suave y cansado mientras apoya uno de sus codos contra el marco de la ventana abierta.
El tipo se viste murmurando maldiciones en italiano, sale de la habitación y justo al sentir el portazo, Ángela toma del nochero la caja de cigarrillos. Sus cabellos caen sobre su rostro, se sacude un poco para apartarlos y encender el cigarro que ahora sostiene entre sus labios. Lentamente amanece desde la ventana.
Ciudad F. Una ciudad rodeada de murallas, llena de habitantes de mentes amuralladas, gamines, putas, reggaetón y Bacrims. Presidida ahora por un locutor que se hace llamar el Mandarinozky Mayor, es una ciudad contradictoria, áspera contigo si das papaya, generosa tal vez, si cuentas con un par de ases bajo la manga y sabes cómo usarlos. No un As, no. Uno no sirve. Ángela tenía un solo As y no supo jugarlo. Ahora está quebrada..............................
Angie, de repente te ves en el apartamento que meses atrás arrendaste, te ves desempleada, sola; con una resaca cruel y palpitante, el estómago arde y tú juras que el seol se ha trasladado a tus entrañas. Mamá está lejos, sus caldos restauradores están lejos, su mano tibia organizando tus cabellos mientras ambas ríen por algo, es un vago recuerdo de aquellos días de infancia y adolescencia en que aún no habías hecho rodajas las ilusiones que ella había ella puesto en ti. Cuando no se avergonzaba tanto de tu mala vida, de tu tufo alicorado a las 7 am al abrirte la puerta y verte destruida, con el maquillaje mezclado en tu rostro, luciendo tú similar a la paleta de un pintor.
Hueles horrible, ¡Qué vergüenza! Te hubieras quedado dónde estabas, estas cosas dan pena. Entra!
En aquel momento tú entrabas trastabillando un poco, tratando de respirar más suavemente a fin de que la estancia no apestara más. A fin de que el discurso de la decepción fuera leve. A fin de no aumentar un poco más su decepción. En realidad apestabas a tabaco y a ron. Entonces tras repetir ella y tú ésa escena unas cuantas decenas de veces, ella se aburre de ti y te manda al carajo. Que te largues, te dice. Y tú, Ángela, vuelves a Ciudad F. Donde dicen por ahí, hay campo para todos.
Los rayos de un sol de medio día golpean directamente sobre su torso desnudo y su rostro de tigresa. Regresa trabajosamente del sopor y el despertar es una mezcla de sensaciones desagradables, su cuello y su nuca están empapados de sudor, la piel arde, algo le pesa en el rostro, en todo el cuerpo. Agua. Necesita tomar y cubrirse de agua.
Cierra las puertas de la ventana y enciende el ventilador. Suena el teléfono, es Lucy. Maldita gorda, seguro no ha dormido nada, seguro, donde quiera que esté, está consumiendo perico de manera suicida. No responde. El día se anuncia largo y desagradable, en el suelo cerca de los pieceros de la cama, hay tirado un condón usado y Angie recuerda casi completamente la película de la noche anterior. Una mueca de desagrado va creciendo en su rostro pintoreteado, joder, joder, joder, repite a medida que en su cabeza recrea las escenas de la noche anterior. Mandinga sea la gataaaaaa, se lamenta.
Unas cuantas noches antes de Halloween, mientras tomaba ron en su apartamento en compañía de Tomás, Chucho, Salomón y Lucy, salió el tema de los malos polvos .
A mí no hay una vaina que me empute más que las mujeres vaca muerta, se tiran boca arriba, abren las piernas y mugen, chillan, gimen y no hacen un culo, uno se mata ahí como si fuera un taladro sobre el pavimento y las hijueputas ni siquiera se vienen
Dice Salomón, quien se ufana de tener una vida sexual intensa, pero todos tenemos la leve sospecha de que los tiros salen por su culata. No es que sea desagradable, pero es imperdonable que un mentiroso sea tan mal actor.
Nos seas guevón y enséñales tú a culear
Responde Lucy saliendo del baño, con ese caminar lento y pesado de mujer morsa, con esos 110 kilos que la afrentan día y noche, con ésa nariz y ése cerebro llenos de polvito blanco como mil gusanos níveos recorriéndole la ciudad que tiene por cuerpo, con sus mocos transparentes asomando atrevidos por su nariz, los que aspira hacia dentro, tratando de ocultarlos. Lucy está monumentalmente obesa a sus 24 años, tiene un estómago de manati; el perico quita el hambre, Lucy jura que el perico es la mejor dieta y solución para su vida. Lucy ha bajado un poco de peso. Lucy trabaja activamente en su dieta blanca.
No es mala idea intentarlo. Responde Ángela luego de expulsar por la boca el humo del cigarro que sostiene entre los delgados dedos.
“No es mala idea intentarlo”
La frase se repite ahora en su mente mientras el agua de la ducha la baña y cae negra al piso para ser tragada por el desagüe.
El agua. Disolvente universal, exorcista de demonios. Servidora abnegada entre tubos y grifos, presta a cargar sin mayores melindres con toda la inmundicia que le sea posible, dispuesta a cargar entre remolinos o corrientes con todo el mierdero que tú, de la mano del resto del mundo van regando a cada paso.
Y cuando el planeta se fastidia nos patea el culo con huracanes, maremotos, diluvios, lluvia de granizo, tsunamis, trombas marinas, depresiones, tempestades, ciclones, inundaciones…………………………………………. Morirías si cuentas con la mala suerte de estar en el lugar y momento equivocado cuando la naturaleza se alza mostrando su poderío ciego a contemplaciones. Podrías morir en agonía despiadada luego de cinco días sin tomarla. Un día no muy lejano, la tierra abrirá su boca para tragar la sangre de los caídos en la última guerra del hombre. La guerra por un poco de agua potable.
Pero estamos ahora con nuestra chica, que ahora sale del baño empapada y chorreando agua, las toallas están imposibles, va dejando un charquito transparente a cada paso, se envuelve en una sábana limpia, recoge su cabello; hilos transparentes brotan de su cabeza y corren rostro abajo; abre una gaveta del nochero y saca un block de papel tamaño oficio, rebusca otra vez en la gaveta, saca un lapicero , va al armario, saca una camiseta y la envuelve en su cabeza para luego ir a sentarse al borde de la cama con block de papel y lapicero en mano. Redacta algo, lo tacha, hace varios intentos fallidos y unas cuantas hojas arrugadas y hechas bolas terminan regadas en el suelo. Hasta que por fin logra resumir su idea que en breve enviará a publicar en los clasificados de la prensa local.
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El bolígrafo descansa sobre la nota recién escrita. Ángela intenta dormir de nuevo.
